mercredi 23 mars 2016

Información General y datos Demográficos

En un territorio extenso, de algo más de un millón de kilómetros cuadrados, esa cantidad de población significa una densidad de 5,8 personas por kilómetro cuadrado, es decir, una de las más bajas de la región. Ciertamente, esa población no está distribuida regularmente en un territorio que presenta una alta proporción de zona cordillerana. Por otra parte, el movimiento migratorio interno ha sido importante desde 1950, pero sin adquirir el ritmo que tuvo en la mayoría de los países latinoamericanos. De hecho, en 1990 CELADE estimaba que cerca de la mitad de los habitantes de Bolivia vivía en las zonas rurales. Como sucede en otros países de la región, existen al respecto diferencias por sexo: las mujeres son algo más urbanas que los hombres.
El crecimiento de la población boliviana presenta dos fases en términos generales. Una primera, que dura hasta los años sesenta, en la que dicho crecimiento se mantiene moderado, sobre el 2% anual, como resultado de una autorregulación natural: la alta mortalidad controla la también alta natalidad. Y ello apoyado por un proceso emigratorio no muy intenso pero persistente.
La segunda fase, que se inicia en los años setenta, está marcada por un crecimiento mayor, en torno al 3% anual, establecido sobre la base de una caída fuerte de la mortalidad, que supera apreciablemente la reducción de la fecundidad. Con ello se inaugura el proceso de transición demográfica que, en toda la región, ha conducido a una situación inversa: la vuelta a la reducción del crecimiento, pero ya sobre la base de una drástica disminución de la fecundidad. Es decir, Bolivia comparte con Haití el grupo de países latinoamericanos que se encuentran en la fase de partida de la transición demográfica: caída fuerte de la mortalidad y aumento del crecimiento poblacional.

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